«Soy Dómina Zara y mis esclavos me llaman Señora. Es una señal de respeto y sumisión, una aceptación explícita de las reglas de un juego cuyo único fin es el placer. Si alguien ignora el tratamiento se rompe el sueño. Y yo soy un sueño.»
Así empiezan las memorias de Domina Zara, que desde hoy están a la venta a través de Someteme. Se envía a domicilio con total discrección.
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